En un panorama saturado de aplicaciones, la historia detrás de Wordnote destaca por su carácter personal y visionario. Su creador, Zeh Fernandes, decidió emprender un camino propio al no encontrar en el mercado una herramienta que respondiera a sus necesidades como lector no nativo de inglés. El resultado fue una aplicación que busca transformar la manera en que los usuarios interactúan con el lenguaje, ofreciendo velocidad, simplicidad y autonomía.
El origen de la idea
La chispa surgió durante la lectura de Dune, obra reconocida por su riqueza poética y complejidad lingüística. Fernandes, consciente de sus limitaciones de vocabulario, recurrió a los diccionarios digitales disponibles en la App Store. Sin embargo, ninguno cumplía con lo que él consideraba principios básicos: soporte sin conexión, rapidez en las consultas, almacenamiento del conocimiento adquirido, ausencia de distracciones y libertad para exportar datos.
Estos pilares se convirtieron en la base conceptual de Wordnote, un proyecto que no solo buscaba resolver una necesidad personal, sino también ofrecer una alternativa más coherente con las prácticas de lectura y aprendizaje.
El desafío técnico
La construcción de Wordnote enfrentó obstáculos significativos. El primero fue la obtención de un dataset confiable. Tras múltiples pruebas, Fernandes recurrió a la API de FreeDictionary, basada en Wiktionary, y diseñó un sistema para descargar más de 300.000 definiciones en inglés, integrándolas en una base de datos SQLite. El proceso, que mantuvo su computadora activa durante 30 horas, refleja la dedicación detrás del proyecto.
Otro reto fue garantizar la velocidad de búsqueda. Al optar por un enfoque local-first, la aplicación aprovecha la capacidad del dispositivo para ofrecer resultados instantáneos, evitando la dependencia de servidores externos. Además, se trabajó en una interfaz intuitiva, con navegación mediante cursor y un diseño minimalista que privilegia la lectura.
El dilema de las licencias
Más allá de la tecnología, Fernandes identificó un problema estructural: los modelos de licenciamiento de los grandes diccionarios. La mayoría de proveedores imponen restricciones como la prohibición de almacenar resultados en caché o tarifas elevadas para acceder a datasets offline. Oxford, por ejemplo, ofrece esta opción únicamente en planes empresariales con costos superiores a £3000.
Este panorama plantea una pregunta de fondo: ¿deberían los datos lingüísticos, esenciales para el aprendizaje y la investigación, estar disponibles bajo esquemas más accesibles y sostenibles?.
La primera versión y el futuro
Wordnote ya cuenta con una versión inicial disponible al público, de código abierto y con sincronización en iCloud y Google Drive. Su creador planea incorporar funciones como flashcards para reforzar el aprendizaje y un sistema expandible que permita acceder a traducciones, definiciones de usuarios y usos contextuales.
El proyecto se presenta como una herramienta personal, pero con potencial de convertirse en un referente para quienes buscan una experiencia de lectura más enriquecedora y libre de distracciones.
Wordnote no es simplemente una aplicación más en el catálogo digital. Es el resultado de una búsqueda genuina por mejorar la relación entre lectores y palabras. Al combinar principios de usabilidad, autonomía y diseño limpio, se erige como una propuesta innovadora que cuestiona los modelos tradicionales de acceso al conocimiento. Su evolución futura dependerá de la comunidad y de la capacidad de mantener vivo un ideal: que las palabras estén siempre al alcance, de manera rápida, clara y sin barreras.
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