El duro golpe para los promotores de restricciones contra las descargas generó un debate interno y la comprensión por parte de la opinión pública de que una ley de este tipo, a la medida de las corporaciones que buscan aferrarse a sistemas de control que ya no se adaptan a la forma en que se consumen contenidos, puede provocar fuertes restricciones a la libertad de expresión en la red y una invasión de la privacidad de los usuarios.
Las descargas de contenidos por internet son muy populares en Holanda. En cumplimiento del carácter de representatividad de los ciudadanos que posee el Parlamento y sin verse influenciado por la industria del Copyright, el gobierno holandés le recomendó a las empresas que se abstengan de generar intentos de prohibición de descarga de contenidos y se centren en el desarrollo de una oferta abundante de alternativas autorizadas, que alienten la creación de un mercado con precios y condiciones razonables a las demandas de los usuarios.
Lo sorprendente de esta decisión ya de por sí sorprendente y bienvenida del gobierno holandés, es que gran parte de su argumento para defender los contenidos compartidos está basado en un informe del 2009 que asegura que las descargas generaban un efecto positivo en la economía del sector de consumo de música y películas. Además, se informaba que las pérdidas que la industria utiliza como argumento principal de presión para ilegalizar este tipo de prácticas provienen de su “renuencia y nula proactividad para participar en el desarrollo de un mercado adaptado al nuevo escenario tecnológico”.
¿Qué factores crees que harían falta en nuestra región para que se avance en la misma dirección que Holanda y Suiza respecto a la legislación de las descargas de contenidos? ¿Menos corrupción política, mejoras en la oferta de descargas de contenidos pagos, mayor intervención del Estado en la regulación de los costos por productos?
Fuente: Noticias
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